Artículo publicado el 7 de julio de 2020 en el Periódico el Nuevo Diario (edición digital) . Link de consulta: https://elnuevodiario.com.do/servicio-publico-y-su-transformacion-ante-una-nueva-gestion-de-gobierno/
Cada vez que se acerca un proceso electoral reflexiono sobre un tema que, en particular, en mis 13 años de experiencia profesional, siempre me provoca un traguito amargo, y luego de las elecciones presidenciales y congresuales del pasado domingo, decidí compartirlo con ustedes.
Ese tema es la continuidad de las políticas públicas y tiene mucha más relevancia dado que, en esta ocasión, el traspaso de mando que tomará lugar el próximo 16 de agosto supone la entrada de un partido distinto al oficialista. En lo personal, este tema me intriga y preocupa aún cuando se trata de un mismo partido, más aún si es otro partido el que nos gobernará.
En términos generales, la Administración Pública tiene como objetivo principal satisfacer el interés y necesidades de la ciudadanía en general, actuando con estricto apego al marco jurídico vigente y bajo una serie de Principios rectores, de carácter legal y constitucional, que rigen la actividad administrativa. De lo anterior podemos extraer que como servidores públicos estamos para servir a lo que nos demanda nuestra ciudadanía: servicios públicos. Tanto la Constitución Dominicana como la Ley Núm. 247-12, Orgánica de la Administración Pública, coinciden en la sujeción de la actuación de la administración al Principio de eficacia, por el cual se “(…) debe garantizar la efectividad de los servicios públicos y otras actividades de interés general, en especial su cobertura universal, continua y de calidad”, y para garantizar esa cobertura universal, continua y de calidad, hay que ser cauteloso con las medidas a tomar.
Con el pasar de los años, viví en carne propia como a lo interno de una organización nuevos incumbentes llegaban y querían hacer “su legado”, desarrollar “sus proyectos”, y eso no está mal, cada cual tiene ideas, y existen muy buenas iniciativas, pero me resulta incoherente que para hacer eso debemos dejar en el olvido “lo que hizo la pasada gestión”, por el simple hecho de que eso no fui yo quien lo hice. Lo primero es que debemos de olvidarnos de “hacer lo mío”, porque como antes he establecido, como servidores públicos estamos para servir a la sociedad, sus necesidades, sus problemas, llevando soluciones que impacten positivamente a todos y todas las dominicanas. Lo segundo, es que cada vez que “desconocemos” una iniciativa desarrollada en una gestión anterior tiramos por la borda todo el esfuerzo de hombres y mujeres que, movidos por servir a su patria, promueven políticas públicas de calidad, pero también los recursos que se invierten para poder materializar cada una de esos programas.
Siempre he considerado y tratado de llevar a la acción, que debemos abrazar lo positivo, lo bueno y más aun LO QUE FUNCIONA, y lo que no resulta efectivo, eso sí, eso se podría desmontar, pero luego de un análisis real no de un capricho “porque no fui yo”. Creo fervientemente que este es un ejercicio de bondad, profesionalidad y respeto, a los colegas servidores públicos, a las instituciones, pero sobre todo al pueblo dominicano.
Todo lo que he esgrimido anteriormente también incluye, aunque a veces preferimos pensar que no, al motor de la Administración Pública: el servidor público. Y es que quien impulsa la materialización de las acciones son las personas que conforman las organizaciones, junto a actores externos e internos que también colaboran. Ante cualquier tipo de cambio en las instituciones públicas, de Director, de Ministro, de Gobierno, se afecta de forma considerable al personal de esos órganos y entes de la Administración, pero es importante que sepamos que esos programas, iniciativas y proyectos que se tradujeron en una gestión y servicio público efectivo, también contempló una inversión en la profesionalización de los servidores que lo ejecutaron, y en mi opinión, es algo que deberíamos salvaguardar.
La profesionalización del servidor público es uno de los elementos que más salen a relucir dentro de las debilidades y oportunidades de mejora EN TODAS las administraciones públicas de la región. Su falta también provoca que se debiliten las instituciones. Si “desaparecemos” a ese personal capacitado y preparado, es casi como empezar de cero, volver a invertir recursos públicos en preparar otros servidores y una curva de aprendizaje que puede costar la inefectividad de los servicios públicos. Es por ello que siempre he pensado que lo más valioso que tienen las instituciones son sus servidores. Claro, van a haber modificaciones, pero no deseche lo que años ha costado de experiencia y preparación en un servidor.
Muchas veces escucho “sí, pero tú no estás en el régimen de carrera administrativa”, pero les puedo decir que en éstos más de 10 años de servicio público he conocido y tenido el honor de trabajar junto a excepcionales profesionales servidores públicos que no son de carrera administrativa, pero que como yo, han decidido “hacer carrera” en el servicio público.
Nuestras instituciones se han fortalecido con el paso de los años, nuestros servidores públicos han apostado a la profesionalización para un mejor desempeño, nuestra ciudadanía está más empoderada que nunca exigiendo claramente el cumplimiento de los preceptos legales existentes, más que inculcar cambios en esta nueva etapa, promovamos la transformación de instituciones, personas y procesos para un redundante beneficio de la sociedad dominicana y un incremento de la eficacia de la actividad administrativa.